2º domingo de cuaresma - ciclo A

40 días navegando hacia la conversión

Día 11º: Descubrir el proyecto de Dios para toda la humanidad

El Papa cierra el círculo y convoca un Sínodo para consagrar la sinodalidad como eje de la Iglesia

LITURGIA DE LA PALABRA (Justino,mp3)     
TEXTOS Y COMENTARIO

Preparación: A los tres discípulos extasiados en el Tabor se dirige la llamada del Padre a ponerse a la escucha de Cristo, a depositar en Él toda confianza, a hacer de Él el centro de la vida. En la palabra que viene de lo alto adquiere nueva profundidad la invitación con la que Jesús mismo, al inicio de la vida pública, les había llamado a su seguimiento, sacándolos de su vida ordinaria y acogiéndolos en su intimidad. Situarse en el Tabor es siempre ponerse en actitud de oración y reconocimiento de la majestad de Dios.

Lectura: La Transfiguración no es sólo revelación de la gloria de Cristo, también preparación para afrontar la cruz. La dinámica monte-valle es el eje transversal. Ella implica un «subir al monte» y un «bajar del monte»: los discípulos que han gozado de la intimidad del Maestro, envueltos momentáneamente por el esplendor de la vida trinitaria y de la comunión de los santos, vuelven de repente a la realidad cotidiana, donde no ven más que a «Jesús solo» en la humildad de la naturaleza humana, y son invitados a descender para vivir con Él las exigencias del designio de Dios y emprender con valor el camino de la cruz. 

Meditación: El Tabor es el lugar de la cercanía de Dios. Es el espacio elevado en el que se respira el aire puro de la creación y de la oración. Allí Jesús conforma su voluntad a la voluntad de Dios y se convierte en fuente de luz: Luz de Luz. Y allí también el vestido de Jesús se vuelve blanco y resplandeciente.
   Para nosotros es una llamada a nues
tro bautismo, a revestirnos permanentemente de luz y de “veste blanca” renovando nuestra consagración bautismal y los compromisos evangélicos derivados de ella.  


Oración: Señor Jesús, tú nos revelas el amor de un Dios al que podemos llamar Padre. Escucharte a ti es escuchar al Padre. Abre mis oídos y mi corazón para acoger tu Palabra y para cumplir tu voluntad en mi vida. 

 Contemplación: “Éste es mi Hijo amado, a quien he elegido. Escúchenle”.

Acción:
El tiempo cuaresmal prepara a los fieles para celebrar el misterio pascual sobre todo mediante el recuerdo del bautismo y mediante la penitencia (SC 109). Hoy puedo perfilar mi programa cuaresmal dedicando tiempo a mi formación como cristiano y la vida espiritual penitencial.

"Somos el alma de la Iglesia, estamos en los lugares donde a los hombres no les gusta ir"

Digna Erazo: “Sueño que en la Iglesia nos den los espacios necesarios para que las mujeres podamos generar vida”


 

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