Camino de vida 558

Necochea, 5 de abril 2019

Jn 7 1-30 EVANGELIO EN AUDIO

1. Este episodio empieza y termina afirmando que la convicción de muchos judíos es que de Galilea no podía venir el Mesías. Hasta ese punto llegaba el desprecio que se tenía contra los galileos. Porque eran gente pobre, sencilla e ignorante. En este ambiente de tensión, de enfrentamientos, de confrontaciones y discusiones sobre si Jesús era o no era el Mesías esperado, hay una sola cosa que queda clara: los únicos que creían en Jesús y se fiaban de él eran las gentes pobres, de condición sencilla y humilde, los que se encuadraban en el óchlos, el pueblo vulgar, la multitud, consi­derada como inculta e ignorante en todo cuanto se refería a la Ley religiosa, sus rituales y sus observancias.
  1. En contraste con lo dicho, no creían en Jesús ni los "jefes", ni los "fariseos". Es decir, ni los "poderosos", ni los "observantes" aceptaban a Jesús. Y buscaban las razones más pintorescas para justificar su rechazo. Por ejemplo, lo que ya se ha dicho: el Mesías no podía ser galileo; o que tendría que haber nacido en Belén. Razones que no tienen ningún peso teológico. La resistencia a la evidente ejemplaridad de Jesús se agarra a un clavo ardiendo, con tal de defender sus conveniencias.
  2. La conclusión es clara: son los últimos de este mundo los que sintonizan con Jesús. Sin duda alguna, la Iglesia naciente -lo mismo en los evangelios sinópticos que en el evangelio de Juan- expresa la preferencia de Jesús, de Dios, por los que están abajo en la sociedad y en la historia. Al igual que la sintonía de los últimos con el Evangelio de Jesús. Pero, ¡Atención!, no es una cuestión social o cultural. Es un problema de valores. Que nos enfrenta a la pregunta clave: ¿qué valores son los argumentos determinantes de nuestra vida? Concretando: lo que más valoramos en la vida, ¿es la conducta ejemplar o es la categoría social?

Preparamos la liturgia del DOMINGO 5º DE CUARESMA 
LECTURAS Y COMENTARIO EN AUDIO

El relato de la mujer sorprendida en adulterio ofrece muchas lecturas: ¿hasta qué punto hay que ser valiente como Jesús, que toma posición por la mujer sin importarle el qué dirán de una turba armada con piedras?, ¿por qué no se juzga igualmente al varón sorprendido en el mismo adulterio?, ¿es ético anteponer normas y tradiciones por encima de las personas?, ¿está justificando Jesús que todo vale? Sin duda, la trampa que tendieron los fariseos al Galileo dio mucho que hablar. Incluso entre los primeros cristianos… parece que más de uno se escandalizó con este controvertido episodio. En algunos códices es parte del evangelio de Juan, en otros aparece en Lucas y en otros directamente fue suprimido.


Fray Marcos: ¿En nombre de qué Dios seguimos condenando? Toda condena es fruto de una idolatría. Condenando al otro, falsifico al Dios de Jesús.
José Antonio Pagola: Todos necesitamos perdón. Según su costumbre, Jesús ha pasado la noche a solas con su Padre querido en el Monte de los Olivos.
Rosario Ramos: La ley de la nueva oportunidad. Jesús nos revela que Dios sostiene nuestra debilidad: su miseri-cordia consiste en poner corazón en la miseria humana.
Florentino Ulibarri: A tus pies. Aquí estoy, Señor, a tus pies, sin dignidad ni autoestima, con los ojos desorientados pero con el corazón palpitando, con el anhelo encendido, aguardando lo que más quiero: tu abrazo.
Vicky Irigaray: Palabras y gestos. La imagen de la mujer adúltera puede representar a cualquier comunidad cristiana y a cualquiera de nosotros que necesitamos y somos acogidos más allá de lo que nos atrevemos a pedir.
Anáfora: Perdón fraternal. No nos cansaremos de repetir tu nombre, Dios de bondad, porque siempre encontramos en Ti comprensión y perdón. Gracias, Señor, porque tienes misericordia de nosotros, eres nuestro refugio y consuelo.
Gonzalo Haya: ¿Quién salva a Jesús? ¿Quién salva el Proyecto impulsado por Jesús?

José Arregi: Espiritualidad del descanso. Cuanto menos descansamos, más cansamos, más nos irritamos, menos toleramos… Más incapaces nos volvemos de aflojar la carrera, de seguir huyendo de nuestro propio centro y de la compasión con todas las criaturas.
¿Por qué recordar el asesinato de Martin Luther King?

 

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