Camino de Vida 521
Necochea, 19 de julio de 2018
ENSAYO DEL JESUITA SPADARO Y DEL EVANGÉLICO FIGUEROA EN LA CIVILTÁ CATTÓLICA
La teología de la prosperidad conduce a un "Evangelio diferente"
"Somos responsables del ejército de pobres, víctimas de la guerra y el hambre, el desierto y la tortura"
Aumenta la violencia contra los cristianos en La India
Curas villeros: "Las mujeres de nuestros barrios eligen la vida" Cuidado de la vida y "Hogar del abrazo maternal"
El evangelio del domingo cuenta cómo Jesús
pretende descansar con los discípulos pero finalmente se pone a enseñar a las
multitudes que andan como ovejas sin pastor.
Fray
Marcos: Lo más importante para Jesús es la persona. Programa un descanso y termina atendiendo a
la gente.
José
Antonio Pagola: La mirada de Jesús. Marcos describe gráficamente su actuación: los
discípulos han de aprender cómo han de tratar a la gente; en las comunidades
cristianas se ha de recordar cómo era Jesús con esas personas perdidas en el
anonimato, de las que nadie se preocupa.
Florentino Ulibarri: Aguas de descanso.
Confundimos tus aguas de descanso con los spas, playas y balnearios. Señor,
enséñanos a descansar sanamente sin añorar paraísos al alcance de los
pudientes.
Vicky
Irigaray: Conciencia de discípulo.
El descanso verdadero es re-creación que nos libera
de nuevo para la vida, el compartir y el amor.
EL MARAVILLOSO REGALO DE LA AMISTAD
Cuando el Señor nos concede el regalo de un amigo entonces los pasos inciertos de la vida se hacen más llevaderos y nuestra existencia se ilumina con el don de la compañía íntima que satisface el corazón. ¡”Vuestro amigo es la contestación a vuestras necesidades" (Gibran)!
“Amigos verdaderos son los que vienen a compartir nuestra felicidad cuando se les ruega, y nuestra desgracia sin ser llamados”, afirmaba sabiamente Demetrio de Falerea.
También el libro del Eclesiástico tiene palabras preciosas para el amigo: "Un amigo fiel es un talismán: el que teme a Dios lo alcanza" (Eclo 6,16); "No deseches al amigo viejo,
porque al nuevo no lo conoces; amigo nuevo es vino nuevo: deja que envejezca y lo beberás" (Eclo 9,10).
La amistad es el mayor regalo que podemos recibir en nuestra existencia y el mayor reclamo de la vida es BUSCAR al amigo que sea capaz de iluminar con su sola presencia los huecos de nuestro corazón, porque “un amigo no es aquel que te seca las lágrimas, sino aquel que evita que las derrames” (Anónimo)
El amigo es un compañero de viaje que contagia con su presencia los caminos del peregrinar que llevamos y en los momentos de dolor está sin preguntar, sin exigir, sin controlar, sin criticar, sin huir. ¡Si, como bien decía Gregor, “Un amigo es mas que un hermano, más que un padre. Bueno, es otra cosa, es un compañero”!
El amigo es la llama de nuestra hoguera que arde sin consumirse aún sin estar cerca.
El amigo nos recrimina con la máxima caridad nuestros fallos pero fíate de él cuando te mira a los ojos y te dice verdades como puños. No esperemos un amigo adulador y calculador, ajeno a la verdad y a la crítica. Ya lo decía De Muset: “Lo malo del amigo es que nos dice las cosas desagradables a la cara; el enemigo las dice por la espalda”.
¡Por favor, si tienes un amigo cuídalo, ámalo, protégelo, invítalo! Será lo mejor que te ocurra en tu vida.
“Amigos verdaderos son los que vienen a compartir nuestra felicidad cuando se les ruega, y nuestra desgracia sin ser llamados”, afirmaba sabiamente Demetrio de Falerea.
También el libro del Eclesiástico tiene palabras preciosas para el amigo: "Un amigo fiel es un talismán: el que teme a Dios lo alcanza" (Eclo 6,16); "No deseches al amigo viejo,
porque al nuevo no lo conoces; amigo nuevo es vino nuevo: deja que envejezca y lo beberás" (Eclo 9,10).
La amistad es el mayor regalo que podemos recibir en nuestra existencia y el mayor reclamo de la vida es BUSCAR al amigo que sea capaz de iluminar con su sola presencia los huecos de nuestro corazón, porque “un amigo no es aquel que te seca las lágrimas, sino aquel que evita que las derrames” (Anónimo)
El amigo es un compañero de viaje que contagia con su presencia los caminos del peregrinar que llevamos y en los momentos de dolor está sin preguntar, sin exigir, sin controlar, sin criticar, sin huir. ¡Si, como bien decía Gregor, “Un amigo es mas que un hermano, más que un padre. Bueno, es otra cosa, es un compañero”!
El amigo es la llama de nuestra hoguera que arde sin consumirse aún sin estar cerca.
El amigo nos recrimina con la máxima caridad nuestros fallos pero fíate de él cuando te mira a los ojos y te dice verdades como puños. No esperemos un amigo adulador y calculador, ajeno a la verdad y a la crítica. Ya lo decía De Muset: “Lo malo del amigo es que nos dice las cosas desagradables a la cara; el enemigo las dice por la espalda”.
¡Por favor, si tienes un amigo cuídalo, ámalo, protégelo, invítalo! Será lo mejor que te ocurra en tu vida.